Simón Radowitzky
Simón Radowitzky (Stepanice, Ukraine, 10 September or 10 November 1891 – Mexico City, Mexico, 29 February 1956) was a militant Ukrainian Argentine worker and anarchist. He was one of the best-known prisoners of the penal colony in Ushuaia, Tierra del Fuego, where he was held for the assassination of Ramón Lorenzo Falcón, a head of police responsible for the brutal repression of Red Week in 1909 in Buenos Aires.
Radowitzky was pardoned after 21 years, he left Argentina and fought with the Republicans during the Spanish Civil War. He died in Mexico where he worked in a factory making toys. The story of his life is described in the travel book In Patagonia by the English author Bruce Chatwin.
El anarquista Simon Radowitzky sale en libertad tras haber estado preso 21 años por matar al comisario Ramón Falcón.
Simón Radowitzky (n. Szymon Radowicki) (Oblast' di Rivne, 10 settembre / 10 novembre 1891 – Città del Messico, 29 febbraio 1956) è stato un anarchico argentino.
Fu uno dei più celebri detenuti del carcere penale di Ushuaia, dove fu condannato all'ergastolo per l'attentato dinamitardo che costò la vita al capo della polizia Ramón Lorenzo Falcòn, responsabile della brutale repressione della settimana rossa del 1909 a Buenos Aires. Graziato dopo 21 anni, abbandonò l'Argentina e lottò con i repubblicani durante la Guerra Civile Spagnola. Morì a 65 anni a Città del messico, dove lavorava in una fabbrica di giocattoli.
Representación
de personajes, en la celda de Simon Radowitzky, el anarquista que el 14
de noviembre de 1909 asesinó al entonces jefe de la policía Ramón
Falcón y estuvo preso 21 años hasta que se escapó.
Simón Radowitzky
(1891 - 1956) Autor: Osvaldo Bayer |
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"Mil y mil veces maldita
tierra aborrecida del crimen, del sufrimiento y del sicario. Bajo el
azote helado de tus huracanes gime el hombre; la angustia roe las almas
de las víctimas; los abnegados, los Radowitzky, agonizan, mártires de
la chusma del máuser, y, sobre el hórrido concierto de sollozos, se
oye, siniestra, la carcajada del verdugo." Así comenzaba un volante del diario anarquista La Protesta, para el 1º de Mayo de 1918, el Día de los Trabajadores. Estoy en Ushuaia, en el edificio del antiguo penal, y hablo sobre Simón Radowitzky ante una concurrencia formada principalmente por gente joven. Nunca hubiera soñado antes que iba a tener esa posibilidad. En los años setenta publiqué un libro que se titulaba Simón Radowitzky, ¿mártir o asesino?, que fue a parar a la hoguera de la dictadura de los Videla y Massera. ¿Quién era ese Simón Radowitzky que había sido una figura legendaria del movimiento obrero en las tres primeras décadas de este siglo y que había pasado veintiún años de su vida en la cárcel, la mayoría de ellos en el penal de Ushuaia, una de las páginas más negras de la historia penal del género humano de la cual tendríamos que avergonzarnos los argentinos? Y que se mantuvo no sólo durante el gobierno de los conservadores liberales sino también durante los tres gobiernos primeros del radicalismo. Los que más cantaron a Simón Radowitzky, llamado el "mártir de Ushuaia", fueron los payadores criollos en los mitines y asambleas obreras. "Traigo aquí para Simón este manojo de flores, del jardín de los dolores del alma y del corazón: traigo para aquel varón valiente y decidido, este manojo que ha sido hecho con fibras del alma, en un momento sin calma de rebelde convencido." Así cantaba el payador Manlio por la década del veinte. Es que Simón había corporizado la violencia de abajo al matar de un preciso bombazo al jefe de policía coronel Ramón L. Falcón después que éste reprimiera brutalmente la manifestación obrera del 1º de Mayo de 1909. Ese día ocurrirá la más grande tragedia obrera hasta ese momento de nuestra historia social. La policía montada al mando del comisario Jolly Medrano, después de que sonara el clarinazo de ataque ordenado por el propio coronel Falcón, se lanza sobre las columnas obreras en la Plaza Lorea. Parece una estampa de la Rusia imperial cuando los cosacos atacaban concentraciones de famélicos proletarios en San Petersburgo o en Moscú. En la historia de las represiones obreras, la del coronel Falcón quedó como una de las más cobardes y alevosas. En un primer momento se cuentan treinta y seis charcos de sangre. Para explicar el drama, el militar traerá el argumento que todavía hoy se emplea en la Argentina: le echa la culpa a los "agitadores". Seguirán días de paro general proclamado por la FORA que tendrá un desarrollo muy violento. Esos días continuará la brutal represión y se seguirán sumando los muertos. Los obreros no se rinden porque: "Los tiempos ya terminaron en que hubo feudales bravos que agarraban a los esclavos y fiero los azotaron ¡Hoy no! Ya se rebelaron, Y ese hombre hoy, febril y ardiente cuando ve que un prepotente burgués quiere maltratarlo: cara a cara ha de mirarlo, cuerpo a cuerpo y frente a frente!" Así fue. Ese joven judío de apenas 18 años, obrero metalúrgico, esperará al coronel Falcón y pondrá fin a la vida del orgulloso militar que era todo un símbolo para los hombres de uniforme: Falcón había sido el cadete número uno recibido en el Colegio Militar creado por Sarmiento. Simón trata de suicidarse pero es capturado, condenado a muerte y luego, como es menor de edad, a prisión perpetua a cumplir en el penal de Ushuaia, con el agravante de que cada año, en oportunidad de cumplirse cada aniversario de su atentado contra Falcón "deberá ser llevado a reclusión solitaria a pan y agua durante veinte días", como dirá la sentencia. En la prisión, sólo comparable con la de la Isla del Diablo, Radowitzky se convertirá en el "mártir de la anarquía". Será un místico de la resistencia y del altruismo con los demás presos. Protagonizará una huida legendaria a través de los canales fueguinos hasta que es capturado por un buque de guerra chileno y entregado a los carceleros argentinos. Todos los castigos inimaginables serán entonces para él. Aunque enfermo de tuberculosis, el clima del extremo sur y el aislamiento no lo amedrentan y sigue siendo el defensor de los demás presos para quienes Simón es una personalidad mística y al que admiran casi con respeto religioso. Sus compañeros de ideas de todo el país no lo abandonaron en ningún momento. Miles de mitines y su nombre siempre en la primera página de sus publicaciones. Hasta que en 1930, Yrigoyen firmará el indulto. Pero el gobierno radical no se aguanta al carismático atentador en territorio argentino y lo expulsa al Uruguay. Allí será detenido y poco después soportará presidio en la isla de Flores. Hasta que en 1936, ya en libertad, marchará a la Guerra Civil española a luchar contra el fascismo de Franco. Morirá en México en 1956 mientras trabajaba de obrero en una fábrica de juguetes, el mejor oficio que puede tener un ser humano. Me paseo por las celdas del presidio de Ushuaia, cuarenta años después de la muerte del "santo de la anarquía". Los muros del oprobio. Oprobio que años después se iba a trasladar a los dominios de otros carceleros con uniforme militar: los campos de concentración de los Bussi, los Menéndez, los Camps. Pienso en estos verdugos cuando atravieso el portón de salida del ex presidio austral. Y me consuela un pensamiento que me asalta en ese momento. Esos tres jamás tuvieron juglares criollos que les cantaran. De Radowitzky quedan los recuerdos de esas coplas del auténtico pueblo: "Simón, la fe no desmaya y el pueblo sí que resiste te ha de sacar, Radowitzky, de las mazmorras de Ushuaia."
Simón Radowitzky
Police photograph of Simón Radowitzky.
Monumento
a Ramón Falcón, obra del escultor argentino Alberto Lagos, Recoleta.
Buenos Aires. En la base tiene inscripta la leyenda "Simón Vive" y el
símbolo anarquista, en referencia al atentado en el que Simón Radowitzky
asesinó a Ramón Falcón.
The carriage of Ramón Lorenzo Falcón after the bombing.
Este y aquel a Simon Radowisky (Letra de F. Gualtieri) - YouTube
https://www.youtube.com/watch?v=PVPEQH7105M
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Los anarquistas 1904-1936. Marchas y canciones de lucha de los obreros anarquistas argentinos. Con ...
Versione italiana di anonimo
Ho cercato di rispettare la rima.
"Questi e quegli"
[Recitato] Primo Maggio del 1909. Gli anarchici occupano completamente la Plaza del Congreso. Di fronte a loro non c'è altri che il colonnello Ramon Falcon alla testa della sua cavalleria, i "cosacchi", come saranno chiamati dai lavoratori. La repressione è crudele. Cadono otto operai morti e 105 feriti. Tra i manifestanti c'è un adolescente, un russo chiamato Simon Radowitzky, e l'11 novembre dello stesso anno farà saltare in aria con una bomba il colonnello Falcon e il suo segretario. Il paese si solleva, l'anarchico viene arrestato e passerà 21 anni in Ushuaia, la Siberia argentina. Sarà il martire, il santo dell'anarchia, cantato da tutti i menestrelli libertari. Simon nacque in un tugurio di un paese, di un continente come nasce la semente da una legge naturale. Senza patria come il progresso come l'arte e la scienza l'amore e la coscienza senza patria come l'ideale. Falcón nacque in un palazzo sorridendogli la fortuna dondolandosi in una bianca cuna da piccolo Napoleone. Questi conobbe patrie e missioni sulla terra fu professore nella guerra colonnello della nazione. Simon da uomo di idee con concetti libertari, divulgò tra i proletari l'amore e l'eguaglianza una famiglia universale di colti lavoratori senza schiavi né signori senza leggi né proprietà. Falcón da buon soldato con arcaici orpelli diffondeva caserme per la patria nazionale e così richiamava patrioti sotto il suo mantello diventar a suo comando una valanga mortale. |
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