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giovedì 16 giugno 2016

Gonzalo Arango, poeta de Nada

Gonzalo Arango

Gonzalo Arango Arias (Andes, Antioquia 18 de enero de 1931 - Gachancipá, Cundinamarca 25 de septiembre de 1976) fue un escritor, poeta y periodista colombiano. En 1958 fundó el nadaísmo, movimiento de vanguardia de repercusión nacional, que intentó romper con la Academia de la Lengua, la literatura y la moral tradicional. En la música norteamericana y del Caribe de la década de 1960 el movimiento buscó un léxico renovado, optó por el humor y el mundo urbano para situar la obra literaria y la crítica a la sociedad. A este grupo se unieron otros jóvenes pensadores de su tiempo en Colombia y que fueron inspirados a su vez por Fernando González Ochoa, el "filósofo de otraparte". La intensidad de su vida está llena de contrastes que pasan de un abierto ateísmo a un íntimismo espiritual y de un espíritu crítico de la sociedad de su tiempo, expresado en el "Primer Manifiesto Nadaista" como "Se ha considerado a veces al artista como un símbolo que fluctúa entre la santidad o la locura".1 Arango murió en un trágico accidente en la ciudad de Gachancipa en 1976 cuando estaba planeando un viaje definitivo a Londres para que "los colombianos al perderme... me ganen".

Biografía

Gonzalo Arango nació en Andes (Suroeste antioqueño) en 1931. Fue el último de los 13 hijos de Franciso Arango, conocido como Don Paco y de Magdalena Arias. Don Paco era el telegrafista del pueblo y su esposa era ama de casa.
Durante su adolescencia, el país se presipitó en la violencia bipartidista. La suya fue también una época profundamente influenciada por la Iglesia Católica, la cual tendría la hegemonía de la educación en Colombia tras la Constitución de 1886, además de tener una gran autoridad política, cultural y social por ejemplo en la revisión y censura del material intelectual. En 1929, por ejemplo, el Arzobispo de Medellín había prohibido la lectura de la obra "Viaje a pie" de Fernando González Ochoa bajo pena de pecado capital. Todos estos elementos influirían en la vida y obra de Arango, el cual crecería con un espíritu de rebeldía y al mismo tiempo de amor por su patria.

Después del Hombre

En 1947 comienza sus estudios de derecho en la Universidad de Antioquia, pero tres años después la dejaría para dedicarse de lleno a la literatura, la cual inauguraría con su obra "Después del Hombre". El excéntrico escritor se robó una calavera del Cementerio de San Pedro para que le hiciera compañía en la finca de unos parientes. De esta etapa dice Eduardo Escobar:
(...) don Paco Arango, su padre, fue a visitarlo, preocupado. Y no le gustó ni cinco lo que vio: el joven poeta macilento y amarillo, el amasijo de huesos ácidos amargamente despelambrado, se entregaba a escribir una novela. El título decía todo. Se llamaba Después del hombre.

Rojas Pinilla

El 13 de junio de 1953 el General del Ejército Gustavo Rojas Pinilla hizo golpe de estado al presidente Laureano Gómez en un evento sin derramamiento de sangre. La Asamblea que reemplazaba el Congreso avala el golpe y cede el título presidencial a Rojas. En los tres meses siguientes a la toma del poder, los liberales firman un armisticio. El 3 de agosto de 1954 logra que la Asamblea Constituyente, compuesta en su mayoría de conservadores liderados por Mariano Ospina Pérez, lo reelijan presidente hasta 1958. El golpe de Rojas constituyó a los ojos de muchos una manera de solucionar la crisis política y violenta del país y su propuesta fue para muchos una opción al bipartidismo conservador-liberal. El joven Arango fue uno de los que vio con buenos ojos el gobierno del General Rojas y se une al Movimiento Amplio Nacional (MAN), un movimiento de artistas y jóvenes intelectuales que respaldaron al dictador, mientras se dedica al mismo tiempo al periodismo.
Pero liberales y conservadores reaccionan bien pronto y se unen contra Rojas para causar su caída el 10 de mayo de 1957. El exilio del general en España, significó el exilio del joven pensador en el Chocó al ser buscado en su oficina de Medellín por las turbas prodemocráticas que lo individuaron como cabeza visible del rojismo.

Manifiesto Nadaísta

El exiliado llega a la ciudad de Cali en 1957 sin un rumbo fijo y es en medio de la bohemia de la capital vallecaucana en donde comienza el origen de lo que llamaría el Nadaísmo, expresado en el primer Manifiesto que publicaría un año después en Medellín. La deshonra de haber apoyado una causa perdida y la sensación de estar sin rumbo, sin nada, lo llevan a buscar a otros contemporáneos que como él compartieran su pensamiento de la sociedad:
Qué tenía. Se preguntó. Nada. Nadaísmo. Alumbró el futuro sobre la ruina. Decidió que se levantaría en rebeldía contra la horrible lascitud.
Los primeros que se unieron al Nadaísmo fueron Alberto Escobar y Amilkar Osorio y en la Plazuela San Ignacio de Medellín protagonizan el que sería el primer escándalo en 1958: la quema de la literatura colombiana, en la cual arde su primera novela "Después del Hombre". Al año siguiente los nadaístas sabotean el I Congreso de Intelectuales Católicos, razón por la cual fue detenido y es visitado por Fernando González Ochoa, el filósofo de Otraparte y uno de sus grandes inspiradores. Entre otros de los escándalos nadaístas estuvo el sacrilegio de las hostias consagradas en la Basílica de Medellín en 1961 que tuvo trascendencias internacionales, aunque después el acto fue condenado por el mismo Arango.
El año 1963 es considerado el fin del nadaísmo al menos para su fundador que da un viraje completamente diferente a su vida, como era usual para él. Los nadaístas lo queman simbólicamente en un puente de Cali, mientras Arango comienza a escribir en la revista La Nueva Prensa y publica "Diez Poetas Nadaistas".
Respecto al nadaismo, dice su viuda, Ángela Mary Hickie, en una entrevista a la revista Cambio de 2006 que el nadaismo murió en los años 70 enterrado por su propio progenitor.

Nadaísmo

El nadaísmo sigue siendo materia de estudio, pues constituyó una auténtica revolución literaria en la Colombia de mediados del siglo XX. Tiene por inspirador principal las obras del filósofo Fernando González y se enmarca definitivamente en los métodos llamativos del surrealismo.
El nadaísmo es antes que nada obra e inspiración de Gonzalo Arango, cuyo objetivo era, como él mismo lo define en el primer Manifiesto, "No dejar una fe intacta ni un ídolo en su sitio". El movimiento corresponde a la década de entre los 50 y 60 y reunió jóvenes escritores cuyo talento crearía una verdadera escuela de la literatura nacional, y un movimiento vanguardista clave para la literatura colombiana. Los primeros nadaístas con Arango fueron Amílcar Osorio, quien se firmaba Amilkar U y Eduardo Escobar. Vendrían después Elmo Valencia y Jotamario Arbeláez. En principio las ciudades de Medellín y Cali serían los principales escenarios para el desarrollo del nadaísmo, pero bien pronto tendría una trascendencia nacional.
El nadaísmo manifestaba su inconformidad con el orden social reinante del bipartidismo político, el conservadurismosocial, la burguesía y las revoluciones de masas con fines totalitarios. Era un movimiento bohemio dedicado a la poesía, el cual el mismo Arango dio por terminado a principios de los 70, pero que fue continuado por muchos de sus seguidores incluso hasta principios del siglo XXI en personajes como Jotamario Arbeláez y Eduardo Escobar.

Abandono del Nadaísmo

Para sorpresa de sus seguidores, el extrovertido escritor, poeta y periodista abandona el Nadaísmo en 1970, acto que fue considerado por los mismos como una traición a los ideales del movimiento. Ya en 1968 había hecho un escrito en el cual exhaltaba la figura del presidente Carlos Lleras Restrepo, lo que causó una desaprobación de los nadaístas. Comienza así la separación entre el fundador y lo fundado hasta el día de su muerte.
Quien había escrito manifiestos en contra del catolicismo, comienza una nueva etapa más espiritual en la cual dedica poemas a su mujer, la inglesa Ángela Mary Hickie.
Para Angelita, el nadaísmo murió en los años 70, enterrado por su propio progenitor. Y por eso recuerda que en Correspondencia violada Arango arremete contra sus discípulos y dice que están “desenterrando sus viejos cadáveres literarios para vivir de ellos en un sentido publicitario, maquillando su pasado de modernidad sin alma, huevos filosofales de plástico. ¡Qué falta de fe en la vida seguir creyendo que el nadaísmo es la salvación...! Lo que vale es lo que somos, no lo que fuimos”.
Sin embargo, para escritores nadaistas como Jotamario Arbeláez y Eduardo Escobar, este continúa vivo en los jóvenes inconformes:
“No se polemiza con Yoko Ono ni con María Kodama, a riesgo de legitimarlas —sostiene Arbeláez—. Si los nadaístas nos dedicáramos a contestarle a Angelita, esa sí sería la muestra palpable de nuestra decadencia como extremistas, luego de 50 años de mantener con vida el movimiento más negativo y virulento en la historia de la literatura”.
Gonzalo Arango también fue periodista y tuvo una participación activa en varios diarios y revistas nacionales. Entre 1963 y 1964 colaboró en la Nueva Prensa; entre 1966 y 1967 en la revista Cromos; publicó la Revista Nadaismo y escribió eventualmente para las revistas Corno Emplumado de México y Zona Franca de Venezuela.
El Profeta, como se llamaba así mismo y era llamado por los nadaístas, terminó su vida inesperadamente el 25 de septiembre de 1976 en un accidente de tránsito en la carretera Bogotá - Tunja.

Obras

Ensayo

  • Primer Manifiesto Nadaísta (1958).
  • Los camisas Rojas (1959).
  • El manifiesto de los escribanos católicos (1961).
  • El mensaje a los académicos de la lengua (1962).
  • Prosas para leer en la silla eléctrica (1966).
  • El terrible 13 Manifiesto Nadaísta (1967).
  • Boom Contra Pum Pum (1967).
  • El oso y el colibrí (1968).

Cuento

  • Sexo y Saxofón (1963).

Teatro

  • Nada bajo el cielorraso, HK 111 (1960).
  • Los ratones van al infierno y La Consagración de la Nada (1964).
  • Memorias de un presidiario nadaísta (1991).
  • Correspondencia violada (1980).

«Lo único que siempre dejo para mañana es mi muerte»


Un girasol para mi muerte, Bogotá 27 de septiembre de 1965.


«Cada quien es la pequeña porción de destino con que nace. Ese destino hay que llevarlo hasta la muerte como una gran cruz. Lo demás es soberbia». 

Gonzalo Arango por Botero
“Gonzalo y su ángel de la guarda”

 Mi destino estaba en ser hombre y me elegí escritor. Oleajes de la sangre, cartas íntimas del fundador del Nadaísmo.

 

Gonzalo Arango por Botero
Cortesía de NTCIMAGENES

«El nadaísmo es un estado del espíritu revolucionario, y excede toda clase de previsiones y posibilidades».

    Primer manifiesto nadaísta.

Estampilla Gonzalo Arango
Cortesía de Ntcpoesia.blogspot.com
 

Me doy cuenta lo poco que me interesa la gente, y sin embargo, tengo amigos, mujeres, mi pequeña historia de hombre».

    Un girasol para mi muerte, Bogotá 27 de septiembre de 1965.

«¡La vida es una sucesión de casualidades, y nada es verdad! Sólo la muerte existe».

    Un girasol para mi muerte, Bogotá 27 de septiembre de 1965. 

«El corazón necesita ausencias para alimentar el deseo».

    Medellín a solas contigo.


«...Para que al perderme los colombianos, me ganen».

    Sobre su viaje a Londres en 1976, en el que murió en un trágico accidente de tránsito.

«A temprana edad conocimos el gusto de la grandeza y de la fama, y sin pedirle permiso a los oráculos nos erigimos en los profetas del mal y de la destrucción».

    Terrible 13 manifiesto nadaísta.


«El pensamiento del maestro Fernando González nunca ha perdido actualidad, pero una sorda fatalidad histórica lo ha tenido confinado en un oscuro anonimato, en el que su semilla no muere pero tampoco ha fructificado con la fecundidad que merece. Ya es hora de que el país descubra a su descubridor».

    La filosofía en alpargatas.

«También No-hacer es creador, pues no sólo de hacer vive el hombre».

    Medellín a solas contigo.

Gonzalo Arango y Angelita

Los Nadaístas

Los Nadaístas invadieron la ciudad como una peste:
de los bares saxofónicos al silencio de los libros
de los estadios olímpicos a los profilácticos
de las soledades al ruido dorado de las muchedumbres
                     de sur a norte
al encenderse de rosa el día
hasta el advenimiento de los neones
y más tarde la consumación de los carbones nocturnos
                     hasta la bilis del alba.
Va solo hacia ninguna parte
porque no hay sitio para él en el mundo
                     no está triste por eso
                     le gusta vivir porque es tonto estar muerto
                     o no haber nacido.
Es un nadaísta porque no puede ser otra cosa
está marcado por el dolor de esta pregunta
                     que sale de su boca como un vómito tibio
                     de color malva y emocionante pureza:
                     “¿Por qué hay cosas y no más bien Nada?”
Este signo de interrogación lo distingue
de otras verdades y de otros seres.
El es él como una ola es una ola
lleva encima su color que lo define revolucionario
como es propia la liquidez del agua
                     del hombre ser mortal
                     del viento ser errante
                     del gusano arrastrarse a su agujero
de la noche ser oscura como un pensamiento
                     sin porvenir
Ha teñido su camisa de revolución
en los resplandores de los incendios
en el asesinato de la belleza
en el suicidio eléctrico del pensamiento
en las violaciones de las vírgenes
o simplemente en el barrio pobre de los tintoreros.
Lleva su camisa roja como un honor
como un cielo lleva su estrella
como un semáforo produce su luz intermitente
                     de catástrofe
como una envoltura de “pall-mall”
perfumando su pecho de adolescente.
El Nadaísta es joven y resplandece de soledad
                     es un eclipse bajo los neones pálidos
                     y los alambres del telégrafo
                     es, en el estruendo de la ciudad
                     y entre sus rascacielos,
                     el asombro de una flor teñida de púrpura
                     en los desechos de la locura.
Tiene el peligro de los labios rojos y los polvorines
mira los objetivos con ojos tristes de aniversario
                     es el terror de los retóricos
                     y los fabricantes de moral
es sensitivo como un gonococo esquizofrénico
inteligente como un tratado de magia negra
ruidoso como una carambola a las dos de la mañana
amotinado como un olor de alcantarillo
                     frívolo como un cumpleaños
es un monje sibarita que camina sin temblor
                     a su condenación eterna
                     sobre zapatos de gamuza.
Sufre el vértigo de los sacudimientos
                     electrónicos del jazz
                     y las velocidades a contra-reloj
corazón de rayo de voltio que estalla
                     en el parabrisas de un Volkswagen
                     deseando la mujer de tu prójimo.
                     Se aburre mortalmente pero existe.
No se suicida porque ama furiosamente fornicar
jugar billar-pool en las noches inagotables
                     brindar ron en honor a su existencia
estirarse en los prados bajo las lunas metálicas
                     no pensar
                          no cansarse
                                no morirse de felicidad
                                      ni de aburrimiento.
Es espléndido como una estrella muerta
      que gira con radar en los vagos cielos vacíos.
          No es nada pero es un Nadaísta
              ¡Y está salvado!
Gonzalo Arango

 

 

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